domingo, 11 de noviembre de 2012

¿HIGIENE DISTINTA O DISTINTA CULTURA?


Porque claro, lo más fácil sería pensar que para ellos la palabra "higiene" no tiene cabida, ya no en su indescifrable alfabeto de negra tinta, si no tampoco en sus costumbres diarias. Pero una, que a estas alturas ya se considera una persona "muy viajada", ha aprendido que lo primero que hay que hacer al moverse por el mundo, es olvidarse del suyo propio, y visitar cada país pensando que nada de lo que se va a encontrar tiene que ver con lo que ha dejado a unos cuantos miles de kilómetros atrás, y que precisamente por eso ha emprendido el viaje, no para encontrarse precisamente en cada esquina con un "Corte Inglés" o un "Mercadona" (aunque todo se andará, ya veréis)

Pero de repente llegas a Beijing y te llama la atención que todos los chinos (vayan a "currar a la obra", o de exquisito traje "Oxford" a trabajar en su ejecutiva planta 18, o  simplemente paseando por la calle...) todos ellos llevan en su mano un termo o bote transparente en el que puedes ver claramente un fondo de trocitos machacados de hojas que en su momento debieron ser de color verde y sobre ellas un liquido turbio, que me advirtieron que solamente se trataba de agua... es decir, un té verde como en cualquier parte del mundo, que ellos beben sin descanso a todas horas y que les hace tener que "esputar" continuamente  con ruidos asquerosos, que no dejas de escuchar ni por un segundo, desde el momento en que aterrizas, hasta el instante en que despega tu avión del país del termo de las hojas verdes.



Van escupiendo impunemente por la calle; a tu lado, delante de tus pasos, por detrás de tu oreja, también los taxistas abren las puertas para hacerlo!! o bajan las ventanillas... y este asqueroso gesto es repetido una y mil veces, durante todo el día, a todas horas.

Hacedme caso, en China, es mejor no recoger cualquier cosa que se os haya caído al suelo... ni aunque se trate de un billete de 100 yuanes.


Otra rareza es el desprecio absoluto hacia los pañales. Sí, esas piezas tan útiles que nuestros bebés utilizan en sus primeros meses y primer año de vida y que tan prácticas e higiénicas nos parecen a todos. Pues allí no... vete tú a saber por qué. Yo, desde luego, no he conseguido entender ese exceso de libertad hacia esa parte de la anatomía de los niños, pero alguna explicación tendrá, supongo.

En su lugar, los chinos han decidido que es mucho más práctico recortar los pantalones de lo niñitos por la parte de abajo y, de esta forma ( siempre abierto, sin botones ni nada parecido) llevan "todo al aire" y solo hay que ponerlos en cuclillas sobre la acera ( pero donde sea, vamos, por donde les pille). Ellos se paran, agachan al bebé y...allí que dejan "su rastro"






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